EL ROCIADOR DE ESTADOS

El rociador de estados, nunca lo probé hasta hoy, pues lo consideré un objeto decorativo. Luego de pasar por una ruptura sentimental, enfrenté el teclado y la primera palabra que escribí en tamaño 15 y fuente Lobster fue Enojo. Luego de imprimirla, se me ocurrió adjetivarla, poniendo a prueba el rociador y encontrar mi estado.

Lo que apareció me descubrió en palabras que el enojo  me ponía fastidiado, impaciente, incómodo, malhumorado, molesto, agresivo, alterado, distante, enloquecido, exasperado, frustrado, furioso, indiferente, indignado, irritado, molesto, celoso y contrariado.

La verdad lo único que no tiene es remedio, como cantaba un catalán, eso me generó una segunda palabra y empleé el mismo método para expresar la Tristeza, rociando la hoja, desnudé como me sentía, aburrido, afligido, deprimido, derrotado, desanimado, frustrado, fracasado, insatisfecho, solo, vacío, agotado, amargado, desilusionado, disgustado, herido, rendido, angustiado y avergonzado.

No suelo ser muy valiente, pero la tercera palabra que me vino al pensamiento fue Miedo y me sobresaltó el teclearla, entregado como estaba, la imprimí, la rocié para curiosear mi humor y me representó estar agobiado, alarmado, confundido, desesperado, horrorizado, tenso, temeroso, sobresaltado, preocupado, paralizado, amenazado, ansioso, inseguro, impaciente, intranquilo, asombrado, asustado, desorientado y atemorizado.

Para salir del borde del pozo, se me ocurrió con el mismo método, probar con Alegría, al rociar la hoja, aunque lentamente aparecieron los mejores estados, aliviado, confiado, dichoso, entusiasmado, eufórico, ilusionado, predispuesto, satisfecho, tranquilo, cariñoso, contento, emocionado, esperanzado, feliz, orgulloso, radiante, seguro. 

La nueva palabra me separó del pasado, dándome el sostén para perderme en tu mirada cautivante y profunda como un océano, cuando te ví en aquel bar.

Charlybicen.