lunes, 3 de mayo de 2021

EL CARASSIUS Y LA HORMIGA: dos fábulas

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No permitas que la vida te pase por encima sin que la vivas…”

Walt Whitman


Fábula 1

En una caja de vidrio de 60 cm x 30 cm x 40 cm, caben casi 70 l de agua, suficientes para que un carassius, pueda vivir  de 30 a 40 años.

En una caja de ladrillos de 10 m x 20 m x 3,5 m, caben casi 700 m3 de aire, suficientes para que un obrero trabaje todos los días unas 10 horas durante 40 años.

Ninguno protesta, ni se rebela, ni se asfixia, uno nada entre piedras y plantas; el otro camina esquivando mesas y máquinas.

El primero disfruta de cada burbuja del salvador aireador, el otro,  recibe cada quincena su burbuja en dinero, que apenas le permite seguir viviendo.

A la especie acuática la domesticaron los chinos hace unos mil años; al obrero, desde hace mucho tiempo, los intereses creados. Le mostraron las ventajas de la civilización, la necesidad del dinero, la familia y el deber ser, atrapándolo en eso que, le dijeron, era la vida.

Las obligaciones, lo esclavizaron para no dejarle tiempo de pensar. Es imposible que un carasius pueda sobrevivir fuera del agua, igual pasa con el obrero  a quien por razones de edad, lo obligan a salir de su caja de ladrillos, lo premian con una medalla, pero no sabe que hacer fuera de sus rutinas y se asfixia…

Fábula 2

 

Emulando a las hormigas, que mueven cada grano de tierra para hacer su hormiguero; el hombre, todos los días agregaba algún ladrillo más, para darle cobijo a su familia, luego de trabajar en el taller por diez horas.

Siempre sintió el hostigamiento del banco, el corralón, el almacén y hasta de su familia que tanto amaba. Con los años, esa agresión va acumulando suficiente ácido para inocularlos. Su hormiguero creció, pero pocas hormigas lo habitan, el fruto de tanto esfuerzo sólo se ve convertido en un montículo de tierra. Ya nadie lo reconoce, ni preguntan por él, haciéndose una hormiga solitaria, vagando por el mundo a medida que le llega su tibio crepúsculo. La libertad es un tesoro que descubre en soledad, el pasado no lo puede cambiar. Ciego por voluntad, despertó al mundo después de 40 años, ahora siente que las hormigas hembras, cual amazonas modernas, prescinden de los machos, relegándolos a un segundo plano en la familia; tal vez tomándose revancha de tantos siglos en el que fueron sojuzgadas. La soledad, tiene un peso que no soporta. Decide regresar... encontrando tierra rasa en lugar del hormiguero...

 Charlybicen