Ayer tarde, estaba en la ciudad del pecado, bautizada así
por mi vecino, cuando mirando el cielo, absolutamente translúcido, hizo la
siguiente reflexión: ¡Verdaderamente es un pecado que, teniendo una vista tan
hermosa, con un cielo plagado de estrellas y una luna de queso del que no
podemos comprar, todos le hallamos puesto techo a nuestros dormitorios! Esa
misma noche decidí llevar mi colchón al patio y dormí mirando el cielo.
Charlybicen
No hay comentarios:
Publicar un comentario