sábado, 14 de noviembre de 2020

Ayer tarde

Ayer tarde, estaba en la ciudad del pecado, bautizada así por mi vecino, cuando mirando el cielo, absolutamente translúcido, hizo la siguiente reflexión: ¡Verdaderamente es un pecado que, teniendo una vista tan hermosa, con un cielo plagado de estrellas y una luna de queso del que no podemos comprar, todos le hallamos puesto techo a nuestros dormitorios! Esa misma noche decidí llevar mi colchón al patio y dormí mirando el cielo.

Charlybicen

 

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