Oh chicle querido
que te estiras como lo hacía yo
cuando en puntas de pie
quería alcanzarla mejilla de la maestra
y estaba enamorado
sin saber qué era el amor
Que me acompañaste en el bolsillo
en cajita de a dos para compartir
con la chica de mi primera cita
y cuando se acercaba
el temblor de mis piernas
movían esa cajita
que sonaba cual maraca en carnaval
Que te usé para nuestro primer compartir
convidando uno de los dos que guardaba
y rompiste el hielo de mi bloqueo
refrescando nuestro aliento
al mezclarse en ese primer
beso de menta de estrellitas y de amor
Te conocí blanco por fuera
como el azúcar que prevalecía
y gris por dentro
anticipando que perdieras el sabor
y solo te quedaras
elástico entre mis dientes
generando la saliva
que engañaba al estómago
preparándose para una
ingesta pantagruélica
Nunca estabas quieto en mi boca.
cuidaba de no tragarte
por las recomendaciones de mis mayores
que de hacerlo pronosticaban
una muerte segura
Con vos mastiqué bronca
hasta que me dolían
las mandíbulas
y amores frustrados
hasta recuperar el sabor
de los besos
Te reencontré en el kiosco
cuando dejé de fumar retornaste a mí
cómo un amigo que salva
me reconfortaba la saliva
que generabas en mi boca
en reemplazo de ese humo maldito
que me fue asfixiando poco a poco
cual brasero en un cuarto
Hasta recuperé
la costumbre de hacer globos
como cuando
nos poníamos muchos en la boca
para soñar hacer el globo
que le compitiera a los Montgolfier
Hoy son otros
los sabores en oferta
pero si paso por algún escaparate
me parece escuchar tu llamado
y te elijo siempre
pues seguís siendo
una gran compañía en la vida
inolvidable
¡Oh chicle!
Charlybicen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario