domingo, 13 de septiembre de 2020

¡Me golpeó la noticia!

— ¡Me golpeó la noticia! ¡Vení, por favor! ¡Estoy herido! — me dijo por teléfono y me sorprendió. Sin saber mucho de que se trataba, fui hasta su habitación, entré con violencia, empujando la puerta y supuse que la noticia estaba allí, justo detrás  acechándolo, para asestarle el golpe definitivo, traté de ponerme a resguardo cerca de la biblioteca, pero al mismo tiempo, quería rescatarlo a él para que no sufra más. En un rincón acurrucado casi en posición fetal, subido al sillón de pana, que nunca me deja usar, mi amigo presentaba una pálida cara de terror, sus ojos rojos y casi desorbitados, estaban clavados en mí, como si me preguntaran, que estaba pasando.
— ¡Tranquilo, tranquilo! ¿Dónde te golpeó? Le pregunté. Me señaló el pecho, pero como no vi sangre, miré a mí alrededor, me acerqué por el suelo lo más que pude, y encontré a la causante del golpe, entre sus dedos aprisionaba una carta arrugada, de desamor que lo había golpeado, herido y destruido.


Charlybicen

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