viernes, 3 de diciembre de 2021

55-MAR

MAR


Amar a Marcela y al mar era lo que lo motivaba a vivir. La marejada parecía violenta, no a nivel de maremoto, aunque la marea seguía subiendo. En la marina, todo seguía como si nada. La reparación del velero, ameritaba que siguiera martillando. En la cocina Marcela pensaba ahumar un mero, como todo marchaba lento, prefirió marinarlo. El mareógrafo señaló que la pleamar se detuvo. Las olas comenzaron la calma. El barco cesó su vaivén, la amarra estaba firme. La bajamar, dejó ver el submarino. Marrón por el óxido, casi amarillo. Marcos pudo asomarse y calmar a Marcela, su nerviosismo marcaba el clima. Era hora de echarse a la mar, se colocó la chamarra, pero antes cámara en mano, hizo algunas tomas del catamarán amarrado a estribor y del submarino a babor. El margen era escaso, la hora para marcharse se cumplía. Todo listo a bordo, el marinero soltó amarras. Marcos para confirmar su buen estado, se ocupó de no mariconear y amargar a Marcela. Que desde la cocina marcaba los movimientos. Él quería que todo terminara para amarse en el camarote. Salieron sin motor desplegando una de las velas para no alarmar a los del catamarán, que seguían de fiesta como si nada. Al confirmar que allí no faltaba nadie. Marcos apretó el botón que hizo volar la marina del amarre. La explosión del catamarán lo hizo calmar y pudo amar a Marcela en medio del mar. 


Charlybicen.  


 

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